23 de Marzo de 2014

Ciudades como Nueva York, Sao Paolo, Londres o Moscú saben muy bien que es el Sticker Art. Nacido a finales del siglo pasado en tierras estadounidenses, y emparentado con la técnica del graffiti, este movimiento artístico y sociocultural, considerado por muchos como actos de vandalismo, puede verse en señales de tráfico, paredes, farolas o en los contenedores de las grandes urbes. Su objetivo, decorarlas, transformando estas etiquetas en pequeñas obras de arte callejero.

Son etiquetas autoadhesivas, muchas de ellas en blanco y decoradas por el artista que deja su sello sobre ellas. Otras son encargadas al efecto para anunciar un movimiento, dejar constancia de un descontento o transmitir a la sociedad un mensaje.

Muchas editoriales ya se han apresurado a editar libros que recompilar las obras de este arte que, aunque ya lleva décadas entre nosotros, parece haber resurgido en los últimos tiempos. Ciudades españolas como Barcelona ya conocen este movimiento, pero no es aquí donde más se estilan, sino más bien en ciudades americanas o más aún en las soviéticas.